Como cada deporte, el pádel tiene sus movimientos específicos que diferencian al jugador amateur del profesional. Si bien la perfecta técnica se adquiere principalmente con la práctica y el esfuerzo, conviene conocer los trucos, movimientos y golpes básicos para avanzar con paso firme y veloz hacia el éxito deportivo. Desde Niberma Soluciones Deportivas les proponemos algunos trucos básicos para mejorar su nivel de juego.
El saque: el servicio es esencial para alcanzar un buen nivel. Debemos practicarlo con asiduidad, pero sin obsesiones que podrían derivar en lesiones de hombro. Un buen saque debe ser alineado, es decir, debe incidir en el punto exacto donde el jugador ha decidido colocar la bola. Para realizar un saque espectacular debemos acometer un buen bote, dejando caer la bola, nunca tirándola. Cuando la pelota alcance el punto más alto de subida es el momento oportuno para golpearla. Ésta debe quedar por delante de nosotros y ligeramente a la derecha. Trataremos de dirigirla lo más cerca posible de la pared, pues dificultaremos que nuestro rival pueda responder. Nuestros pies deben alinearse de lado, teniendo en cuenta la línea de saque; esto favorece un saque más preciso y enérgico. Conocer varios tipos de saque, incluyendo algunos golpes con efecto nos dará mucha ventaja sobre nuestros rivales.
Juego de piernas: al igual que en el boxeo, en el pádel el juego de piernas es una parte de la técnica a la que no se atiende mucho, pero que diferencia en última instancia al buen jugador del verdadero profesional. Según la revista padelstar (www.padelstar.es) se calcula que del 50 al 70 % de los problemas para lograr un juego de elite se producen por una mala preparación física o por una colocación incorrecta de los pies. Es imprescindible un buen calentamiento, ya que el trabajo de piernas es muy exigente en el pádel de alto nivel. Para evitar llegar tarde a los golpes es importante mantenernos ligeramente en movimiento constante: o bien usando el balanceo, o bien dando pequeños saltos que nos ayudarán a reacciones en menor tiempo a los cambios de dirección de la bola.
Empuñaduras: dependiendo del tipo de golpeo que imprimamos a la pelota se requiere una u otra empuñadura. La más habitual en el pádel es la empuñadura continental. Para realizarla debemos colocar la mano sobre la cara de la pala. Después movemos la mano desde el borde hacia abajo, en dirección al mango. De esta manera obtenemos un agarre preciso y logramos imprimir una mayor velocidad a nuestros golpes. Además de la continental, en ocasiones especiales conviene usar la empuñadura “este de revés”, que nos permite defender bolas bajas, golpeos planos de revés o realizar el llamado golpe de la víbora. http://padelstar.es/tecnica-padel/la-vibora-en-padel/.html Otra empuñadura que debemos conocer es la “este de derecha” que nos permite realizar globos a partir de golpes muy bajos, además de remates de potencia, o golpes de derecha planos.
Golpe de volea: este golpe se caracteriza porque no deja que la pelota bote y porque se ejecuta cerca de la red. Su principal utilidad es descolocar a nuestro adversario y forzarlo a moverse de su posición, lo que nos permite retomar el control del juego en caso de haberlo perdido. Uno de los elementos más importantes para la correcta realización de este golpe es mantener nuestras piernas flexionadas, así como usar la misma empuñadura para volear tanto de derecha, como de revés, pues ante una posible respuesta no tendremos tiempo para cambiar de empuñadura. Si nos apoyamos sobre los dedos de los pies, lograremos tener mayor movilidad, indispensable cerca de la red. La volea cruzada ofrece más posibilidades de acierto que la paralela, sin embargo dependerá de la dinámica del partido decidirse por una u otra. Jugarla cortada es también una buena elección, ya que impedirá el posterior vote, dificultando la correcta devolución. No obstante, debemos ser precavidos cuando usemos la volea cortada, pues si nuestro rival es más rápido que nosotros, la lentitud de la bola en este golpe puede pasarnos factura.